viernes, 30 de octubre de 2015

¿Hay que ser bueno?

La primera respuesta que se me vino a la cabeza cuando me preguntaron: ¿Hay que ser bueno? Mi respuesta inmediata fue: Sí, claro.
Sin embargo, me puse a reflexionar sobre el tema y llegué a la conclusión de que no consiste en  decir sí a todo para ser bueno; porque, ¿qué es ser bueno?
Desde pequeños nos enseñan qué está bien y qué está mal. Por ejemplo, está bien ayudar a tu madre a poner la mesa y estudiar todos los días, pero está mal hablar las cosas gritando o faltando el respeto a los demás. Sin embargo, en distintas religiones, culturas y familias no tienen las mismas ideas sobre muchas cosas, y como la mayoría de nosotros somos casi semejanza de nuestros padres hace que tengamos diversidad de opiniones que pueden llegar a algún conflicto sin quererlo.
Pensando llegué a una cuestión: De pequeños nos enseñan que compartir la bolsa de palomitas con tu amigo está muy bien, que eres muy generoso y un BUEN amigo así como buena persona. Pero, ¿y si aplicamos esta norma de 'para ser bueno hay que compartir' con los deberes? ¿Deberíamos dejarle los deberes a nuestro compañero así como le dejamos comer de las palomitas? Sinceramente, no creo que sea de ser buena persona dejarle a tu compañero todos los días los deberes. Un día porque ha estado muy ocupado y le ha sido imposible hacerlos sí, para que no pase un mal momento si le pregunta el profesor; pero si se los tienes que dejar todos los días eso es abusar de ti y de tu confianza; además de hacerte pensar si ese amigo no está a tu lado simplemente por el interés y te ayudará en un futuro próximo. La gran diferencia entre estas dos situaciones es que compartir palomitas está relacionado con compartir buenos momentos con un amigo  y compartir tus deberes está asumido a que abusen de ti, aparte de ayudar a que no piensen los demás por si solos así como a convertirse en personas reales, interesantes y únicas.
Más tarde, estuve pensado el verdadero significado de ser bueno y concluí que ser bueno es  ayudar a los demás; es decir, ayudar a una persona si se ha caído por la calle, ayudar a tu compañero si no entiende algún ejercicio de clase o sobre el tema, hablar con ese marginado de clase para que no esté sólo y así hacer que él se sienta muy afortunado...y miles de ocasiones más. Pero como todo, ser bueno tiene un límite. Me explico, si te ven que eres demasiado bueno puedes llegar a estar catalogado por tonto. Por ejemplo, te pueden llegar a robar si te ven con cara de inocente, no presentarte a un concurso/cualquier afición que a ti te guste para dejar más oportunidades a tu amigo que también se ha presentado. En resumen, hay que ser bueno pero también tienes que pensar en ti y en tus intereses, en lo que realmente te gusta y luchar por ello sin pisar a la gente.
Confío en que aunque la vida a veces te lo puede poner complicado; y te choques por el camino con egoísmo, falsedad y superioridad; la espera, la justicia y la bondad tendrán una recompensa mayor que cualquier atajo injusto.

Beatriz . 

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